martes, 18 de septiembre de 2012

Cucs

Desde hace meses queríamos hacer una entrada sobre los gusanos de seda que pasaron por aquí en primavera. Nunca habíamos tenido "cucs", y lo cierto es que fue una experiencia interesante y divertida.

Nos los regalaron ya grandes, en su etapa devoradora. En un par de horas se comían todas las hojas de morera que les poníamos y había que ir cada día al parque a traerles hojas frescas.  Y así como comían, cagaban, y había que limpiar muy bien la caja todo el tiempo. Los gusanos son super suaves al tacto, y con sus ventosas hacen cosquillas en la piel.  Camila los cogía como si nada y los ponía a caminar por sus brazos.


Después de unos días algunos dejaron de comer y empezaron a tejer sus capullos, sobre todo pegados a las paredes de la caja. Trabajaban sin parar,  sacando metros y metros de hilo. 


Y en menos de 24 horas,  después de tejer y tejer retorciéndose sobre sí mismos, quedaban totalmente rodeados. Unos cuantos siguieron comiendo unos días más, y había uno que dábamos por muerto: parecía enfermo, estaba flaco y pálido y medio adormilado, pero un buen día nos sorprendió haciendo su capullo debajo de una hoja.  Al final todos consiguieron pasar a la siguiente etapa.


 Después vinieron largos días de espera.  Todos nos asomábamos a la caja a ver si había novedades, pero nada.  Por fin,  un día comenzamos a oír ruiditos y fuimos corriendo a ver qué pasaba.  Había salido la primera mariposa.  Horas después salió otra, y las dos caminaban moviendo las alas con rapidez, pero no pasaba nada, y cuando por fin salió una tercera fue la locura,  los dos machos lucharon a alasos por "estar con la chica".  El ganador se unió cola con cola con la recién llegada, y minutos después ya había un montón de huevitos.

No todas las mariposas consiguieron salir.  Después de dos semanas abrimos los capullos que seguían cerrados y vimos que algunas habían alcanzado a convertirse en crisálida y una incluso se había convertido en mariposa,  pero ya estaba muerta.  Así que cortamos los trozos de cartón en los que había huevos y los guardamos en un sobre hasta la próxima primavera.

Los tres disfrutamos mucho la visita de los gusanos,  pero sin duda la que más se la gozó fue Camila, que ya tiene ganas de que comience el ciclo de nuevo.



3 comentarios:

Veronica dijo...

supongo que le pega al blog, the darwin way... ¡vaya experiencia! no sé si yo sería capaz.

Renée dijo...

yo estoy muy pero muy impresionaaadaaa.. .aaai!

la mamá dijo...

Prepárate Vero, porque si nos salen gusanitos, le regalaré unos a Lucas, jeje.